lunes, 26 de abril de 2010

LA RESTRICCION AGREGADA


LA DEMANDA AGREGADA

Comenzamos por el primer gran apartado de este tema, el lado de la demanda, a nivel agregado, de una economía.
Definimos primero el concepto de demanda agregada

Demanda Agregada: Concepto macroeconómico referido a la cantidad de bienes y servicios que se demandan o que se planean comprar por parte de los agentes económicos en un período de tiempo.
Como vemos, queremos medir una corriente planeada de gasto. Es muy importante advertir que tan sólo tenemos deseos o planes de gasto. El lado de la oferta nos dirá si es posible que todo ese gasto planeado se realice al final.
Este gran apartado lo dividiremos en dos partes, tal y como se indicó en la introducción; por una parte, estudiaremos cómo gastan los agentes económicos; por otra, estudiaremos qué tipo de restricciones tienen esos agentes. Vamos ya con la primera:

El sector gasto. Componentes

- Consumo (C)

El principal gasto que vamos a considerar aquí es el gasto planeado en consumo. ¿Quién consume? Bueno, consumen las economías domésticas principalmente. ¿De qué depende nuestro nivel de consumo? Básicamente, depende del dinero que podamos gastar o del que podamos llegar a devolver (si es que pedimos prestado). También podemos considerar que nuestro consumo depende de lo que estimemos ganar a lo largo de nuestra vida o de una mezcla de estas dos ideas. En fin, teorías sobre el consumo hay muchas, y también contrastadas con la realidad. En este curso de Economía, nosotros vamos a estudiar la más sencilla de todas, la función de consumo keynesiana, función que, hemos de decir, ha demostrado ser perfectamente válida para definir el comportamiento del consumo de un país a corto plazo. Es la siguiente:
C=C+c*Yd
Donde:
c es lo que llamamos consumo autónomo (aquella parte del consumo que no depende del nivel de C renta de los individuos)
c es lo que denominamos propensión marginal a consumir (aquella parte del consumo que sí depende del nivel de renta de los individuos)

Ydes lo que llamamos renta disponible, concepto distinto al de renta ( Y ). La renta disponible es
igual a:

Yd = (Y − T + R)
Donde Y es la renta bruta, T son los impuestos y , R las transferencias o subvenciones.

Como ejemplo de función de consumo, podemos observar:
C= 350+O,6Yd

Esta función quiere decir que en esta economía por cada euro de renta disponible, se gastarán en consumo 60 céntimos (0,6Yd) y que, como mínimo, siempre se destinarán a consumo 350 unidades monetarias, independientemente de cual sea el nivel de renta disponible.
Un aspecto muy importante de esta función agregada de consumo es que la propensión marginal a consumir presenta siempre un valor que está entre 0 y 1. Es decir, en una economía, a nivel agregado, no se puede destinar a consumo más del 100 % de la renta disponible ni menos, por supuesto, del 0 %

Inversión (I)

Acabamos de ver que las economías domésticas planean, básicamente, gastar en consumo. Sin embargo, existen más agentes en la economía (por ejemplo, las empresas). De acuerdo, éstas son las que producen bienes y servicios que ofertarán, pero también gastan; ¿cómo gastan las empresas? Pues invirtiendo; las empresas invierten en maquinaria, en capital humano, en investigación, etcétera.
Al igual que en el caso del consumo, hablamos aquí de un gasto planeado en inversión. Y nos hacemos la misma pregunta: ¿de qué depende el gasto planeado en inversión?

Veamos la función de inversión que estudiaremos en este tema:
I=i-b*i

Donde:
i=I es lo que llamamos inversión autónoma, es decir aquella parte del gasto planeado en inversión que no depende de nada en especial
es el tipo de interés de la economía. ¿qué es el tipo de interés? Bueno, básicamente, es el precio del dinero, ya que si alguien desea pedir prestado dinero, deberá devolver al cabo del tiempo pactado la cantidad que pidió más otra adicional, a la que la gente llama intereses. Esos intereses se obtienen multiplicando el tipo de interés “i” por la cantidad de dinero que se prestó.
En la realidad es un poquito más complejo, pero es la idea. (en la realidad, el tipo de interés aplicado es superior al tipo de interés legal del dinero “i” ).
Bueno, sabemos que las empresas necesitan dinero para invertir y en la gran mayoría de las ocasiones han de pedirlo prestado. Por tanto, saben que para invertir han de estar atentas a los movimientos del tipo de interés. Si éste es alto, les saldrá caro pedir prestado y por lo tanto, es de esperar que no inviertan mucho. Si, por el contrario, éste es bajo, pedir prestado sale barato y podrán invertir más.
Así pues, la inversión también depende del tipo de interés. ¿Depende mucho o poco? La respuesta está en el valor de “b”.
A “b” le podríamos llamar sensibilidad de la inversión al tipo de interés, ya que si ésta tiene un valor alto, la inversión será muy sensible a variaciones en los tipos de interés y si, por el contrario, tiene un valor bajo, será poco sensible al valor de los tipos..
Otra interpretación de “b” es que ésta nos ofrece la variación en el gasto planeado en inversión que ocurre cuando varía el tipo de interés.

Gasto Público (G)
Nos queda otro agente muy importante en cuanto al gasto: el sector público. El sector público interviene en la economía de muy diferentes formas. Las más sencillas: justicia, sanidad, educación, defensa, grandes infraestructuras, etcétera. Por tanto, el sector público es un agente económico decisivo en la economía, un agente económico que también planea gastar y, efectivamente, gasta.

En los dos apartados anteriores, habíamos supuesto que tanto el gasto en consumo como el gasto en inversión dependían de otras variables. Aquí vamos a suponer que el gasto público es completamente autónomo, es decir, que no depende de ninguna otra variable del modelo.

Sector Exterior (XN)
Finalmente, terminamos el sector gasto considerando al resto del mundo como agente que también planea gastar en bienes y servicios de nuestra economía.
Cuando un país exporta bienes y servicios al resto del mundo, el resto del mundo está gastando en la economía. Sin embargo, debemos restar el gasto que la economía nacional hace en el resto del mundo cuando importa .
Al igual que hicimos en el apartado anterior, consideramos el gasto del sector exterior autónomo y lo denotaremos por XN=X-M

Gasto planeado en bienes y servicios
Ya hemos analizado todos los agentes que planean gastar en una economía. Pensemos un poco:
Si todo ese gasto que planean realizar lo llevasen a cabo:
Los individuos consumirían bienes y servicios
Las empresas invertirían en bienes y servicios
El sector público consumiría también bienes y servicios
El resto del mundo gastaría también bienes y servicios
Pues bien, a todos esos bienes y servicios que se van a comprar, a adquirir, a consumir los llamaremos “Y”. De esta forma: Y=C+I+G+XN

A esta expresión la llamaremos gasto planeado en bienes y servicios
Esta ecuación nos describe el equilibrio en el mercado de bienes, donde todo el gasto planeado (parte derecha de la ecuación) coincide con toda la producción de bienes y servicios ofrecida (parte izquierda de la ecuación)
Una vez que tenemos ya planteada la ecuación de gasto planeado, pasamos ya a abordar el lado restrictivo del sector gasto; y es que estos agentes planean gastar, pero claro, teniendo en cuenta el dinero del que disponen.
El sector monetario como restricción del sector gasto
Bien, para continuar debemos plantearnos lo siguiente:
Todo el gasto planeado puede ser llevado a cabo si se dispone del suficiente dinero en la economía. Para gastar, hace falta dinero. ¿Dónde está ese dinero? ¿Quién hace el dinero? ¿De dónde sale el dinero?
Bueno, algunos contestarán a esta pregunta con gran elocuencia: “el dinero sale del cajón de mis padres”. Pero, vayamos más allá.
Para no adentrarnos mucho en la cuestión, el dinero lo crean las autoridades monetarias. En nuestro caso, el dinero lo crea el Banco Central Europeo, así de sencillo. Se fabrica dinero a un ritmo constante. No hay mayor misterio.
Hasta aquí está claro que el Banco Central Europeo (en nuestro caso) está detrás de lo que vamos a llamar oferta monetaria. ¿Dónde está la otra parte del mercado de dinero?
Los agentes que planean gastar necesitan dinero para hacerlo. Es por ello que demandan dinero. Piensa un poco y establece las razones por las que tú demandas dinero. Generalizando un poco más, hace ya algún tiempo que se cree que las razones por las cuales la gente demanda dinero son tres:

* para gastar (motivo transacción)
* para especular (motivo especulación)
* para prevenir posibles contingencias futuras (motivo precaución)
El caso es que, sea por los motivos que sea, los agentes económicos demandan dinero. Ya tenemos la otra parte del mercado de dinero.
Vale, ya tenemos el mercado de dinero montado:
* una demanda de dinero (realizada por los agentes que quieren gastar)
* una oferta de dinero (realizada por el Banco Central Europeo)
Como cualquier mercado, en el que tenemos oferta y demanda, tendremos que disponer de un precio. ¿Cuál es el precio del dinero?
Lo vimos hace poco, el precio del dinero es el tipo de interés ( i ).
Hasta aquí, todo bien. Veamos cómo incide el tipo de interés en la demanda de dinero.
Situación A: Imagina que los tipos de interés están por las nubes, por ejemplo, al 15 %. Eso quiere decir que si prestas hoy tu dinero a alguien durante un año, al cabo de éste, ese alguien deberá devolverte el dinero y además un 15 % más. ¿es buen negocio? Yo creo que sí.
Situación B: Ahora imagina que el tipo de interés baja hasta, digamos, el 2 %. Eso quiere decir que si prestas hoy tu dinero a alguien durante un año, al cabo de éste, ese alguien deberá devolverte el dinero y además un 2 % más. ¿es buen negocio? Yo creo que no (teniendo en cuenta que el coste de la vida está subiendo a un ritmo superior al 3% anual)
¿En cuál de las dos situaciones serías el que presta? ¿En cuál de ellas serías el que pide prestado?
Como habrás podido deducir:

* Un tipo de interés alto fomenta el ahorro y por lo tanto reduce la demanda de dinero
* Un tipo de interés bajo fomenta el consumo y por lo tanto aumenta la demanda de dinero.

La demanda de dinero la hemos dibujado decreciente, ya que si el tipo de interés sube, ésta baja, y viceversa.
Fijaros cómo la oferta de dinero es completamente independiente del tipo de interés. Es una cantidad fija que el Banco Central Europeo decide crear. Es autónoma.
La demanda agregada
Decíamos al principio de este epígrafe que la demanda agregada reflejaría la intención de gasto de todos los agentes de la economía teniendo en cuenta el nivel general de precios.
Hemos dedicado este epígrafe a analizar el gasto de los distintos agentes económicos y a estudiar su restricción (monetaria). A partir de estos dos conceptos:
Gasto planeado
Restricción monetaria
Es posible obtener una relación entre el gasto planeado y el nivel de precios.
Este curso vamos a "intuir" esa relación, dejando para el primer curso de los estudios universitarios de Economía su demostración.
Supongamos que en una economía tiene lugar una subida en el nivel general de precios (como dice la gente: el coste de la vida ha subido; las cosas valen ahora más). En estas condiciones, es claro que los agentes que planean gastar (por ejemplo, las familias) deberán ahora demandar más dinero para poder comprar los bienes que consumen.
A) Suben los precios ===> Aumenta la demanda de dinero
Este aumento de la demanda de dinero tiene consecuencias ===> Exceso de demanda en el mercado de dinero ===> Suben los tipos de interés.
B) Aumenta la demanda de dinero ===> Suben los tipos de interés
La subida de los tipos de interés perjudica la postura de:
* Familias que ahorran: ven cómo sus ahorros generan menos rendimientos
* Empresas que invierten: las empresas planearán invertir menos
C) Suben los tipos de interés ===> Disminuye el gasto planeado
Así pues, si suben los precios ====> disminuye el gasto planeado
Hemos encontrado la relación negativa entre PRECIOS y GASTO PLANEADO que describe la DEMANDA AGREGADA

LA OFERTA AGREGADA
El lado de la oferta de la economía está, en un principio, determinado por la capacidad productiva de las empresas. De estas últimas depende el volumen y el tipo de bienes y servicios ofrecidos en una economía. Por tanto, nos dedicaremos a estudiar cómo producen las empresas para determinar la curva de oferta agregada.
En este modelo tan sencilla que estamos viendo en este tema, vamos ahora a suponer que la producción de bienes y servicios de la economía está muy determinado por el empleo que contratan las empresas. Si esto es cierto, tenemos que:
Determinando el nivel de empleo, determinaremos la cantidad de bienes y servicios producidos y, por tanto, ofrecidos en la economía. Tendremos así, una buena aproximación de la curva de oferta agregada.
Nivel de empleo (N) ===> Cantidad de bienes y servicios producidos (Y)
(A lo largo de todo el análisis supondremos que el Capital (K) está dado)
En el análisis de la oferta agregada, distinguiremos dos casos: el caso clásico y el caso keynesiano.
La oferta agregada según la visión clásica
La curva de oferta agregada clásica tiene implicaciones importantes desde el punto de vista económico, político y social. Básicamente, detrás de ella subyace la idea de un mercado laboral completamente flexible y sin rigideces. No existe, bajo esta concepción un salario mínimo interprofesional, no existen costes de despido ni prestaciones por desempleo. Actualmente, es casi imposible encontrar una economía desarrollada con un mercado laboral que cumpla estas condiciones. Sin embargo, es común encontrar estas características en economías en desarrollo. Veamos el mercado de trabajo clásico:
En el mercado de trabajo clásico no existe el paro voluntario, ya que tanto la oferta de trabajo (realizada por los trabajadores), como la demanda de trabajo (realizada por las empresas) son completamente flexibles.

Si tiene lugar un descenso en el nivel de precios, tendremos dos efectos:

Por un lado, las empresas se encuentran con que tienen que pagar unos salarios reales mayores (ya que cobran ahora menos por sus productos; el trabajador les sale más caro)
Por otro, los trabajadores se encuentran con un poder adquisitivo mayor (ya que, en promedio, los bienes y servicios son más baratos)
¿Qué ocurrirá con las fuerzas de demanda y oferta?
La demanda de trabajo se desplazará hacia la izquierda, ya que ahora las empresas soportan un mayor coste laboral. Demandarán, pues, menos cantidad de trabajo.
La oferta de trabajo se desplazará hacia la derecha, ya que ahora los trabajadores están dispuestos a trabajar más.
Ya que tanto la oferta como la demanda son completamente flexibles:
El empleo no habrá variado. La demanda de empleo ha retrocedido y los trabajadores han accedido a cobrar un salario nominal más bajo (o, lo que es lo mismo, el mismo salario real). El nuevo equilibrio tiene lugar con el mismo salario real e idéntico nivel de empleo.
¿Qué implicaciones tiene esto?
Los clásicos defienden la idea de que la afectación de variables nominales (por ejemplo, los precios) no tienen ningún efecto en variables reales (por ejemplo, nivel de empleo), trasladándose todos los impulsos a otras variables nominales (en este caso, nivel de salario nominal)

Si esto es así, tendremos entonces una curva de oferta agregada vertical, donde no existirá dependencia entre el nivel de precios de la economía y su nivel de producción (PIB) de equilibrio.
Como vemos en la figura, la curva de OA clásica implica que cualquier variación de la demanda agregada tiene su efecto en el nivel de precios, pero nunca en la producción. No es posible afectar a variables reales (por ejemplo, producción o empleo). Todo el efecto se traslada a las variables nominales (los precios o los salarios).

No hay comentarios:

Publicar un comentario